El dolor lumbar o lumbalgia es una molestia muy común que puede iniciarse como un leve dolor ocasional para terminar haciéndose crónico y dificultarnos las actividades de la vida diaria, por lo que su prevención resulta tan importante como su tratamiento. Prevenir el dolor lumbar es, así, una prioridad para el mantenimiento general del estado de salud.

El dolor lumbar, o de la parte baja de la espalda, condiciona nuestro rendimiento profesional y académico y está fuertemente vinculado a nuestro estado de ánimo. Su origen se encuentra en el sistema de músculos, tendones y huesos.

Principales causas del dolor lumbar

Existe un tipo de lumbalgias, denominadas agudas, que surgen a raíz de un movimiento brusco o repentino, que va a generar algún tipo de desequilibrio musculoesquelético, como contracturas o esguinces.

En estos casos agudos se recomienda la visita al médico o fisioterapeuta de confianza, ya que se trata de situaciones que pueden llegan a provocar un brusco bloqueo articular e incluso limitar o impedir el movimiento.

Cuando hablamos generalmente de lumbalgia, solemos referirnos a dolores de origen menos repentino, que se van instalando progresivamente por sobrecarga muscular, mantenimiento repetitivo de malas posturas, práctica de ejercicios inadecuados, cambios de temperatura y, en definitiva, una incorrecta higiene osteoarticular.

Las sobrecargas lumbares son muy comunes cuando caminamos largos recorridos, permanecemos demasiado tiempo de pie o cargamos pesos excesivos.

Las malas posturas frente al ordenador, y en actividades diarias tales como conducir, limpiar o cocinar, unidas a un escaso tono de la musculatura lumbar, pueden conducirnos incluso a la degeneración de los discos intervertebrales.

Existen patologías serias como hernias discales, ciáticas, artrosis, escoliosis o cifosis que requerirán siempre de la valoración médica adecuada.

¿Cómo puedo combatir el dolor lumbar?

Las recomendaciones básicas para combatir el dolor lumbar pasan por atender la zona, procurando que remitan el dolor y la inflamación.

Totalmente prohibidas quedan actividades como cargar peso o forzar posturas.

Dormir en posición fetal y sentarnos con una corrección lumbar en el respaldo de la silla, son otras de las pautas que nos ayudarán a sobrellevar mejor esta molestia. No dejes espacio entre la silla y tu espalda, cuida que esta se encuentre bien reposada en el respaldo.

Si debes permanecer de pie, mantén los pies ligeramente separados y reparte proporcionalmente el peso de tu cuerpo entre ambas piernas. El uso de plantillas biomecánicas para aliviar el dolor lumbar está cada vez más generalizado, dada su alta eficacia redistribuyendo la carga y aliviando la tensión en la zona baja de la espalda.

El ejercicio durante los períodos de dolor lumbar ha de ir encaminado al estiramiento progresivo de esta musculatura, así como la aplicación de calor local. Aplica frío seco únicamente en los casos particulares en que te lo recomiende tu médico o fisioterapeuta.

Cómo controlar las causas del dolor lumbar

La correcta higiene postural y la ergonomía en el trabajo son dos de los pilares básicos de la prevención.

Prevenir el dolor lumbar incluye rutinas de ejercicios adaptados a nuestra edad y condición física. Si bien un exceso de ejercicio puede descompensar el equilibrio de fuerzas en nuestra columna vertebral, la falta de tono, tanto de la musculatura de la espalda, como del abdomen, es una de las principales causas de aparición de la lumbalgia.

Nuestra silla de trabajo y nuestra cama serán grandes aliadas, ambas deben mantener nuestra zona lumbar bien acoplada y reposada.

Es muy importante también la utilización de un zapato adecuado que permita amortiguar el reparto de cargas, y que favorezca una postura correcta tanto al estar de pie como al caminar o hacer ejercicio.

Como ya hemos dicho, la lumbalgia está muy relacionada con nuestro estado emocional. El control del estrés, la dieta equilibrada y un estilo de vida saludable contribuirán a prevenir dolencias. La función intestinal también se encuentra muy comprometida, por lo que tanto estreñimiento como dolor lumbar merecen nuestra atención conjunta.

En definitiva, una afección tan habitual como la lumbalgia no debe ser descuidada y todas las medidas a nuestro alcance serán pocas para mantener a raya esta dolencia que, en ocasiones, aparece ya en niños y adolescentes. Desde el correcto reparto de cargas gracias a mochilas, calzado adecuado y uso de plantillas, pasando por ejercicio físico regular e higiene postural, deberán formar parte de unos buenos hábitos que deben prolongarse durante toda nuestra vida.

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