El de rodillas es uno de los dolores más frecuentes y la artrosis está detrás en buena parte de los casos. “Sin duda, en gente mayor lo más habitual es la artrosis”, confirma Francesc Moreno, coordinador del Grupo de Reumatología de la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria (Camfic).

En cambio, en los más jóvenes predominan las lesiones traumáticas. Ricardo Blanco, fisioterapeuta y director del Máster en Biomecánica y Fisioterapia Deportiva de la Escuela Universitaria de Fisioterapia San Juan de Dios-Comillas, resalta que la artrosis “no solo afecta a las personas mayores”, ya que no se debe únicamente al envejecimiento de la rodilla. También puede estar causada por un desgaste de los tejidos achacable, por ejemplo, a una mala práctica deportiva.

Ejercicio terapéutico y buen calzado El fisioterapeuta apunta que lo primero que hay que hacer ante un dolor de rodilla persistente es “acudir al médico para que determine el grado de degeneración”. A continuación, una vez descartada la existencia de patologías que requieran una atención urgente o tratamiento específico, la recomendación prioritaria será la práctica de “ejercicio terapéutico supervisado por un fisioterapeuta y, en ocasiones, un buen calzado”. Al fin y al cabo, “la rodilla es una articulación de carga y, si el pie apoya mal, las cargas de la rodilla no estarán bien repartidas”. A este respecto, el representante de la Camfic apunta que el calzado deberá ser “cómodo, ajustado, con un poco de tacón y con suela bien amortiguada”. 

Moreno coincide en la relevancia de la actividad física: “El ejercicio es el único factor que ha demostrado ralentizar la progresión de la artrosis de rodilla”. Señala que cualquier ejercicio puede ser beneficioso y “basta con unos 20 minutos diarios de caminata”.

En todo caso, también considera beneficios la natación, ciclismo, correr, tenis… Reposo relativo y frío No obstante, en el momento en que el dolor aprieta conviene bajar un poco el ritmo. El médico de familia reconoce que la artrosis “empeora al iniciar el movimiento después de un tiempo de reposo, pero aún así el descanso de la articulación es el método más efectivo para aliviar el dolor”.

Además, el uso de bastón o muleta puede contribuir a “disminuir la intensidad del dolor y mejorar la actividad general”. Otra medida útil para paliar el dolor agudo es la aplicación de frío o calor. “Ambos son efectivos, pero durante un tiempo muy limitado”, indica Moreno. Blanco aconseja el empleo de frío cuando la rodilla está inflamada después de una larga caminata por la montaña o tras un partido. Aconseja utilizar hielo, pero “nunca en contacto directo con la piel”. Se puede utilizar, por ejemplo, “una bolsa de guisantes congelados cubierta con un paño fino, que se aplicará de forma intermitente sobre la zona”. 

Signos de alerta Los expertos resumen los principales signos que alertan de problemas en las rodillas ante los que conviene consultar al médico: 

  • Si eres de los que en el avión y en el cine siempre quieres pasillo porque no aguantas mucho tiempo en la misma posición.
  • Si sufres un dolor que empeora con el reposo.
  • Si la rodilla está muy hinchada.
  • Si el dolor no se puede controlar con los tratamientos habituales.

El sedentarismo, enemigo número uno La actividad física habitual evita la progresión de la artrosis y mejora el dolor una vez establecida. “El ser humano está diseñado para ser caminante”, recuerda Blanco.

Permanecer sentado durante muchas horas al día pasa factura a las rodillas, ya que, al estar “constantemente dobladas, los músculos están siempre acortados”. El trabajo que desempeñan muchas personas les obliga permanecer sentadas durante largas horas. Blanco aconseja levantarse cada 20 minutos y “hacer unos estiramientos para interrumpir esa mala postura”. Por supuesto, también recomienda la práctica de actividad física durante el tiempo libre.

En ese sentido, señala que el deporte no tiene por qué ser de alta intensidad y una buena caminata puede constituir un ejercicio inmejorable. La práctica de deportes de alta intensidad o de impacto también resulta beneficiosa, siempre y cuando se acompañe de un buen entrenamiento para evitar, entre otras cosas, el dolor de rodillas.

El fisioterapeuta relata por qué son tan frecuentes los problemas de rodilla en deportes como el pádel: “Quien solo juega los fines de semana está trabajando continuamente los mismos músculos, lo que produce un desequilibrio. La gente no entiende que debe acompañarse de otro tipo de ejercicio que equilibre la musculatura; por ejemplo, acudiendo al gimnasio”.

COFN