Desde el pasado 2 de mayo, realizar prácticas deportivas de manera individual en la calle vuelve a estar permitido. Una circunstancia que, tras más de 50 días de confinamiento, ha llenado las calles y avenidas de corredores y ciclistas ansiosos por recuperar la forma física previa a la declaración del estado de alarma. 

Tras más de 50 días de confinamiento, ¿qué cambios ha experimentado nuestro cuerpo?

Después de tantos días, lo normal es que hayamos perdido masa muscular, y, fácilmente, se puede haber cogido algo de peso, porque, en general, hemos reducido nuestra zona de movimiento. Mucha gente, además, ha tenido que teletrabajar desde su casa, usando despachos improvisados en el salón, la cocina o la habitación de los niños, sin mesas ni sillas adecuadas para estar muchas horas en la misma posición. Estas posturas prolongadas habrán producido algunos desequilibrios musculares y contracturas. Incluso la situación de estrés producida por el confinamiento puede haber provocado una mayor tensión de algunas estructuras. Se debe tener en cuenta que los tejidos del aparato locomotor se conforman según el estímulo mecánico que reciben, es decir, en estas situaciones de falta de movimiento, no solo los músculos se debilitan, sino también los huesos, ligamentos y tendones.

Además de todo eso, la falta de sol merma considerablemente los niveles de algunas sustancias , como la vitamina D, importantes para el buen funcionamiento del organismo. Muchas personas viven en pisos sin terrazas y sin sol directo. Falta la chispa de la vida.

Aunque muchas personas han estado haciendo ejercicio en sus casas, el cese del resto de actividad hace que, en muchos casos, el ejercicio no sea suficiente. El cuerpo ha perdido la marcha del día a día sin parar, trabajar, andar de un lado a otro, ir de recados, salir, estar en el parque con los niños, quedar a hacer deporte con los amigos, ir de excursión… Todo esto había desaparecido de un día para otro en seco.

¿Cómo se puede recuperar la forma perdida durante la cuarentena de manera saludable?

Tras un proceso tan largo de desadaptaciones de nuestro organismo, necesitamos paciencia y progresar poco a poco en la dosis de ejercicio que le solicitamos a nuestro cuerpo. Lo que tenemos que hacer es aprovechar los espacios de tiempo permitidos para recuperar el contacto con la naturaleza y retomar la actividad física de manera progresiva. Antes del confinamiento, cada persona tenía un nivel diferente de actividad física, y debemos volver al mismo de manera progresiva, poco a poco, aumentando el tiempo y la intensidad del ejercicio e ir viendo cómo responde nuestro cuerpo para ir adaptando las rutinas a las sensaciones que vayamos teniendo. Cada persona a su nivel: desde quienes solo van a comprar el pan y el periódico caminando, hasta quienes practican deportes como correr o ir en bici.

No podemos olvidarnos de las personas mayores que han estado sin moverse nada de nada porque no han podido ni salir a por el pan; son un grupo muy vulnerable que, de por sí, tiende a perder masa ósea y muscular y que debe volver poco a poco a sus paseos y a sus rutinas. Tenemos que despertar al organismo y prepararlo para esta nueva normalidad.

Quienes tengan pensado volver a realizar prácticas deportivas, como correr o montar en bicicleta, ¿qué precauciones deben tener antes de retomar su rutina?

Desde el punto de vista profesional, vemos tres pautas clave. En primer lugar, debemos darle especial importancia a los calentamientos y activaciones pre-sesión de entrenamiento para preparar al cuerpo. En segundo lugar, hay que tener en cuenta que llevamos semanas sin impacto articular y tenemos menor tolerancia al ejercicio en la mayoría de los casos. Por último, debemos ser conscientes de que hay que progresar en la dificultad y carga de entrenamiento, partiendo de un nivel muy por debajo del cual estábamos entrenando antes de la cuarentena.

Pero no hay que olvidar la situación actual de alarma sanitaria, por lo que la principal preocupación para realizar deporte es que la distancia de seguridad con otras personas debe ser mayor a los 2 metros, puesto que la respiración es mucho más intensa cuando estamos corriendo o en bici, ya que nuestro ritmo respiratorio aumenta y por tanto la exhalación de partículas también. Recomendamos aumentar la distancia de seguridad al doble, y salir en las horas y zonas menos concurridas.

¿Qué lesiones son las que se van a ver con más frecuencia y cómo pueden evitarse?

Sobrecargas musculares, esguinces, lumbalgias, cervicalgias, algunas tendinopatías,contracturas por el estrés e incluso roturas musculares si nos excedemos en la vuelta al ejercicio son las lesiones que, previsiblemente, se van a ver más ahora. Hay que recordar que llevamos mucho tiempo en casa, con actividades físicas muy ligeras y sin tener ningún tipo de impacto articular. Hemos perdido elasticidad en los tejidos blandos, hay restricciones de movimiento de las articulaciones por falta de uso, hemos desarrollado contracturas por el exceso de horas tumbados y sentados, así que debemos tener muy claro que no podemos pasar de 0 a 100. La vuelta a la actividad física y al entrenamiento debe ser progresiva y controlada.

¿Cómo va a ser la vuelta al trabajo en las clínicas?

Desde el día 4 de mayo, las clínicas de fisioterapia tenemos la autorización para volver a nuestro trabajo y realizar cualquier tratamiento presencial de fisioterapia, siguiendo todas las recomendaciones de seguridad.

¿Qué medidas de prevención van a llevarse a cabo desde los centros para evitar contagios?

Al ser centros sanitarios, ya seguíamos un protocolo habitual de limpieza y desinfección exhaustivo de las zonas de trabajo. La camilla, por ejemplo, además de cubrirse con papel desechable, siempre se ha desinfectado entre paciente y paciente. Ahora, además, siguiendo las recomendaciones de la Asociación Española de Fisioterapeutas, hemos realizado unos protocolos de higiene y prevención específicos para disminuir al máximo posible los riesgos de contagio. Actualmente, el paciente va a venir a la consulta solo con cita previa telefónica y sin acompañantes, que solo se permitirán para pacientes menores de edad o personas dependientes.

Cada paciente tendrá que traer su mascarilla. Al llegar a la clínica, se desinfectarán las suelas del calzado y se limpiará las manos con gel hidroalcohólico. Se intentará evitar el uso del baño en la medida de lo posible.  No coincidirán dos pacientes en la consulta ni se usará la sala de espera; las personas deben llegar con puntualidad para no esperar en zonas comunes.

Los fisioterapeutas vamos equipados con mascarillas FPP2 y guantes, y nos lavamos y desinfectamos las manos hasta por encima de los codos continuamente. Entre paciente y paciente, la sala estará ventilada durante 15 minutos y se procederá a la desinfección de la camilla, la silla, el suelo y demás objetos usados durante la sesión. Todas estas normas que vamos tomando van a minimizar cualquier posible contagio.

COFN